Thursday, April 17, 2014

Jane Jacobs y su lucha contra la dependencia urbana del automóvil


Nunca olvidaré aquel comercial de Volkswagen: "todo el mundo tiene un auto, o al menos en la cabeza".  Yo siempre lo creí, y creo que si no fuera por la fortuna de haber vivido en ciudades como Viena, lo seguiría creyendo.



Al crecer en la ciudad de México, me parece que su configuración es natural. Es así como se traza una ciudad, se distribuye y se hacen los caminos. Es algo que simplemente pasa, y es obligación del gobierno crear las avenidas, tapar los baches, mantener el tráfico circulando, etc.  De hecho, es lo que oímos a diario, que el progreso surge por construir tal o cual autopista, que el gobierno gasto x dinero en arreglar los baches. Bueno tan solo saliendo de mi casa están siempre trabajando en pavimentar la calle.

Es tal mi relación con el automóvil, que me parece muy ordinario que mi papa pase sus fines de semana arreglando ó lavando su coche, pagando la tenencia, la verificación, el mecánico, etc; ó que mis primos se hayan endeudado por 6 años con el fin de tener un auto último modelo.

Los dos meses que pase en Viena, me hicieron darme cuenta de algo: en realidad, el coche no eran tan indispensable, de hecho no era necesario en lo absoluto. Podía viajar felizmente en mi bicicleta, usar el sistema del metro, o simplemente, caminar.

La experiencia fue totalmente distinta cuando visité Seattle. Interminables horas encerrada en un camión para llegar a mi casa. Siempre he sido proclive a marearme, así después de una espera de unos 40 min en lo que pasaba el transporte público, más 1 hora y media de mareo y calor en el camión, me hizo darme cuenta por que el 96% de los habitantes en Estados Unidos tienen un coche[1].

En fin, todas estas cuestiones no estuvieron bien claras para mí hasta que leí el libro de Jane Jacobs, “Muerte y vida de las grandes ciudades”.  Entonces me di cuenta, que las ciudades son mas viejas que los vehículos automotores, y que en realidad, las partes de la ciudad diseñadas después de los cuarenta fueron pensadas para que la gente tuviese un automóvil, sobre todo en EUA.

Jane Jacobs fue una gran influyente en movimientos nuevos de desarrollo urbano en Estados Unidos. Lo más paradójico, es que ella nunca recibió formación formal como urbanista ni arquitecta. Jane Jacobs era una luchadora social, quién desde este ángulo fue capaz de ver aspectos de la vida de las ciudades, que los más grandes arquitectos no podían ver.



Jane Jacobs veía la parte humana de las ciudades. No estaba enfocada solo en la distribución del espacio, sino en la interacción a una escala pequeñita, humana. Ella veía la relación que las personas podían construir en esas áreas.

En los comienzos de su libro presenta el barrio de North End en Boston, Massachusetts. En 1950 esta parte de la ciudad era sinónimo de favela, una área pobre, sucia, donde nadie quería vivir.  Los urbanistas de ese momento consideraban que era una área sobrepoblada, insegura, y  sin ningún orden. La creencia era que sólo los inmigrantes y la gente sin recursos permanecía ahí. Por lo tanto, los gobernantes querían deshacerse de este tipo de barrio.

El polo opuesto de North End eran suburbios como los de la ciudad de Los Ángeles. Ellos representaban la visión de cómo debería ser la vida urbana. El vivir en tales suburbios incorporaba un concepto de una vida confortable, rodeada de jardines, vida privada  y seguridad en las calles

Así que la mayor parte de los proyectos urbanísticos de esa época tenían la idea básica de sacar a la gente de estos barrios ubicadas en el centro de la ciudad y llevarlas a los suburbios ubicados en la periferia, donde podrían tener una vida más confortable.



Jane Jacobs no tenía aquellos ojos de planeadores urbanos., de amplias escalas aéreas. Lo que Jane veía de una ciudad era diferente, ella lo veía desde una escala mas pequeña: sus calles.  Jane creía que las calles eran la parte más vital de una ciudad. Son las calles, las que determinan el espíritu de toda la ciudad.  

Con estos ojos, Jane Jacobs vio en Nord End algo muy diferente. Se dio cuenta que el barrio tenía una de las tasas de delincuencia más bajas de la ciudad. Su ambiente era en realidad muy alegre: niños jugando al aire libro, gente en las calles tomando un café, hablando con extraños y vecinos, ó simplemente disfrutando el día.

Por otro lado , suburbios de  ciudades en crecimiento como Los Ángeles, tuvieron las tasas más altas de delincuencia per cápita. La gente pasaba más tiempo en los coches y no en las calles. No había diversidad en sus barrios, las calles eran idénticas y lucían siempre vacías. ¿Qué era entonces lo que hacía que calles como las de North End estuvieran llenas de vida? 



En las  calles de North End la gente se sentía cómoda. Esto era por que estaban creadas de una manera más natural. Había pequeños negocios, departamentos, farmacias, restaurantes, iglesias, en fin. Las necesidades de las personas podían ser cubiertas siempre a pie. No había una segregación de espacio, era de uso mixto. Y además su configuración era vertical.  Es decir, había edificios multifamiliares. Por ende, espacios como el barrio de Nord End tenían una mayor densidad poblacional.

En cambio, la tragedia de la planeación urbana en los suburbios de los Ángeles sería visible años después. A partir de la década de los 60s, los Ángeles se ha caracterizado por ser una de las ciudades con la peor calidad del aire en todo Estados Unidos.  La vida de sus habitantes estableció una profunda dependencia con el automóvil.  Y ello trajo nefastas consecuencias, que incluyen la degración del medio ambiente, cambio climático, problemas de salud, segregación social, entre muchos otros.

En el siguiente post abordaremos cómo Jane Jacobs describe la destrucción del tejido social de Estados Unidos como consecuencia de los suburbios y la dependecia del automovil.



[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_por_veh%C3%ADculos_per_cápita

Tuesday, April 15, 2014

Las ciclovías en los Países Bajos



A veces pensamos que en una ciudad tan monstruosa como es el DF, sería imposible que el auto abriese espacio para formas de transporte más sustentable, como las bicicletas. La creencia común es que esas cosas sólo suceden en los llamados países "primer mundistas", como Holanda, Francia ó Alemania. El siguiente video muestra cómo en realidad, la gente en Holanda tuvo que luchar para obtener sus propias ciclovías y evitar el dominio del automóvil.

Si ellos pudieron, ¿Será que nosotros también?


Dura unos 8 minutitos y es muy interesante, las ciclovías en Holanda, no siempre estuvieron allí.



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Este blog esta dedicado a la sustentabilidad en la Ciudad de México